“UN SEÑOR GOBIERNO”
- Rodrigo Rangles Lara
- 12 ago 2024
- 4 Min. de lectura

Los seres humanos tomamos decisiones de acuerdo a la información que poseemos. Si solamente tenemos acceso a los medios corporativos, estamos sujetos a la diaria versión de los hechos que ellos nos entregan y, además, lo replican reiteradamente, obedeciendo los dictados de una matriz invisible.
No tanto porque desconozcan la realidad o posean versiones diferentes de los medios corporativos sino por intereses concretos devenidos del disfrute del poder, la Canciller Gabriela Sommerfeld dijo – palabras más o palabras menos - que no ha habido mejor gobierno, en la historia del Ecuador que el presidido por Daniel Noboa. Respaldó esa apreciación la venezolana-ecuatoriana ministra de Gobierno, Mónica Palencia, y las dos incondicionales funcionarias se ganaron una agradecida condecoración del “Señor Gobierno”.
¿Las dos ministras, alfiles de Noboa, son las únicas en ver la realidad de ese modo? Los necios hechos nos dicen que no, puesto que coinciden con algo más del 30 por ciento de la población ecuatoriana, convencidos de que el joven mandatario es un eficiente administrador del Estado ecuatoriano, en consecuencia: está haciendo un “Señor Gobierno”.
En el ámbito periodístico comercial se sabe que solamente se publica una mínima parte de los cuantiosos hechos producidos en el país y el mundo y, de ese pedacito pequeño, los “especialistas”, a cambio de excelentes remuneraciones, se dan modos para manipular, tergiversar, mentir o, si es necesario, también inventar historias con el fin de cumplir el mandato de los famosos Consejos de Redacción, voz y mando de los dueños de las cadenas nacionales o internacionales de radio, prensa, televisión o medios digitales.
En consecuencia, esa parte desinformada de la población cree que, el pobrecito “Señor presidente”, está en incapacidad de pagar los 90 y tantos millones adeudados de impuestos al fisco, debido a su escaso patrimonio de los 650 mil dólares, oficialmente declarados.
Tampoco dudan de la honestidad del “Señor Gobierno”, creyentes como son de la aureola de pureza pintada desde el emporio mediático mercantil y el fabricado descrédito contra esos “ladrones de la Revolución Ciudadana” que, neciamente, insisten a una sorda Fiscal General investigar los sospechosos embarques bananeros cargados de droga, descubiertos en territorio nacional o en los puertos de Estados unidos, Europa y Asia.
Los dardos apuntan a parientes directos del ministro de Agricultura, nombrado por el “Señor Gobierno”, en un calco similar a lo acontecido en el corrupto régimen de Guillermo Lasso, con el agravante de que el ex ministro José Serrano señala, sin cortapisas, al propio padre de la actual esposa del “Señor presidente”, de estar ligado a la mafia albanesa.
Ella, no desmiente la acusación; más, a modo de defensa, sostiene que está orgullosa de los Noboa porque “es una familia que ha puesto todo su esfuerzo en atender a cada uno de los ecuatorianos por más de 40 años y el Ecuador entero lo sabe”.
Debe ser así, porque esa afirmación les parece, a los despistados ciudadanos, una verdad irrefutable y, en contraste, una mentira sin nombre la denuncia de Serrano; aun cuando las evidencias presentadas son contundentes. Del mismo modo, se muestran incrédulos ante la desaparición de más de 40 mil millones de dólares de deuda externa contratados durante la trilogía de los “Señores presidentes” Moreno, Lasso y Noboa que, guardan silencio cómplice cuando el “Señor Gobierno”, argumentando la falta de dinero, carga el peso de la crisis en las espaldas del pueblo, mientras entrega cuantiosos beneficios económicos a las grandes empresas, a sus amigos y allegados.
Los fanáticos seguidores del “Señor Gobierno” creyeron como verdadero el “show” del secuestro a los periodistas de TC televisión, acto truculento con el cual culminó una campaña bien montada sobre inseguridad - con la complicidad de la mafia del narcotráfico, altos oficiales policiales, la tenebrosa Fiscalía y el famoso ex - embajador Michael J. Fitzpatrick - que ofrecieron “hacer la guerra” a la delincuencia con un manido estado de excepción y el montaje de un engañoso Plan Fénix.
Armados de esos argumentos, y con la oferta de recoger fondos para emprender la fabricada “guerra”, convenientemente difundidos desde la prensa pautada, nos impusieron un IVA de 15 por ciento, medida que, en la realidad, obedecía a una nueva demanda del Fondo Monetario Internacional, experto en quebrar economías dependientes con sus nefastas “ayudas” financieras.
Y, de paso, el “Señor Gobierno” maniobró para apropiarse del negocio de alimentación escolar y de las cárceles, con un contrato de más de 140 millones de dólares, en favor de primos, tíos y del propio “Señor presidente”, aglutinados en una cadena de empresas inscritas en el país y en los paraísos fiscales.
Los ingenuos aliados del “Señor Gobierno” y, bastantes de los otros también, jamás pensaron que los “apagones” se venían programando desde el gobierno de Lasso, con los servicios de un hábil y mañoso ministro Eduardo Santos Albite, experto en quebrar empresas estatales para privatizarlas, venderlas a precio de huevo podrido o hacer turbios negocios.
No tuvieron escrúpulos para sacrificar a su aliada incondicional, Andrea Arrobo Peña, ministra de Energía y Minas, acusándola de manipular información como la causa de los apagones, cuando en realidad se tejía, entre sombras, un nuevo suculento negocio con las famosas barcazas privadas generadoras de energía.
Sin concursos, como dispone la ley, ya se encuentra en el país una barcaza turca que, los mal pensados, vinculan a negocios con la famosa tía del “Señor presidente”; mientras, al apuro, se tejen leguleyadas conducentes a la privatización de servicios eléctricos, con el fin de elevar las tarifas, en beneficio de los amigos del “Señor Gobierno”.
Es obvio que la gente, enajenada de mil maneras por los poderes fácticos, aplauda ciega la gestión del “Señor Gobierno”, si la prensa comercial y los periodistas funcionales se dan modos para tapar el imparable desempleo (57 de cada cien ecuatorianos viven sin fuentes de ingreso permanentes), la destrucción de hospitales en manos de la corrupción e indolencia gubernamentales, un sistema de salud, en terapia intensiva y la pobreza tocando las puertas de la clase media; en tanto, el pueblo llano rumbo a la imparable miseria.
Es lógico, entonces, que buena parte de la población se encuentre indiferente e inmóvil, si el poderoso emporio mediático se empeña en demostrar, incesante e incansablemente, que la Canciller y la ministra de Gobierno – cómplices incondicionales de las barbaridades cometidas contra los ecuatorianos – tienen razón en alabar, sin tapujos, a su “Señor gobierno”.
En este contexto, le preguntamos: ¿Usted, cree que tenemos un “Señor Gobierno? Si contesta no, es porque ha buscado fuentes de información confiables que le han quitado la venda de los ojos y toma decisiones en beneficio de sus propios intereses y de la colectividad.
Comments