“SOLO DIOS SABE”
- Rodrigo Rangles Lara
- 1 oct 2024
- 4 Min. de lectura

Esta frase, de signo católico dicha por el ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, pone en boca de dios la incierta fecha en la que se terminarán los desastrosos apagones, pero sirve también para describir las incógnitas existentes en varios episodios del gobierno de Daniel Noboa.
La única certeza sobre el tema son los particulares intereses empresariales y personales que han movido y mueven a los tres regímenes neoliberales y, por supuesto, del farandulero Daniel Noboa y la calculada maniobra de sus bisoños ministros causantes del fraude contra el pueblo.
Destruir el sistema eléctrico nacional, como han destruido la institucionalidad, los servicios públicos y todo lo tocado por ellos, parecería producto de impericia, indolencia e irresponsabilidad; sin embargo, es público y notorio el propósito de esas maquiavélicas mentes empeñadas en liquidar bienes y servicios públicos para entregarlos, a precios irrisorios, a sus agnados y cognados.
En esos insanos propósitos, no les importa el dolor, molestia o sufrimiento de la población ni la suerte de pequeños, medianos y hasta importantes empresarios, sus eternos aliados, que también sufren los efectos de esas desastrosas políticas públicas emprendidas por Noboa, obediente servidor a los intereses norteamericanos.
La dimensión del daño causado podemos colegir al observar el tono preocupado del comunicado público del poderoso Comité Empresarial Ecuatoriano, quejándose de pérdidas cercanas a los 96 millones de dólares, cada ocho horas, debido a la suspensión del servicio, a nivel nacional, y de paso insiste en el peligroso incremento de la inseguridad, a causa de esta deficiencia.
Se debe tomar en cuenta que dirigentes del influyente comité empresarial, tan neoliberales como el trío de mandatarios destructores de la patria, financian a la prensa mercantil y a mal llamados periodistas, expertos en fabricar campañas mediáticas distractoras, protegiendo a los verdaderos culpables e inventándose argumentos artificiosos para confundir a la ciudadanía y aplacar su justa ira frente a los llamados “apagones”, de hasta 12 horas diarias.
“Solo dios sabe” que, además de esos rostros de periodistas corruptos, hay voceros oficiosos ocultándose en fantasmagóricos trolls, suplantadores de identidades de cientos de ciudadanos, con el fin de, impunemente, calumniar, manipular, mentir o distorsionar hechos contra opositores del régimen o de personas contrarios al inhumano.
El mejor ejemplo tenemos en la manipulación del magnicidio contra el candidato presidencial, Fernando Villavicencio, con la complicidad de la fiscal General, culpando, dolosamente, a la Revolución Ciudadana, con el fin de evitar el triunfo de la postulante Luisa González. Siempre supimos el nombre de los autores materiales; sin embargo, “Solo dios sabe” las identidades y los móviles tenebrosos de los autores intelectuales.
En este orden de cosas, demandamos al bananero presidente tomar, en serio, las responsabilidades asumidas, dejar de pensar que el palacio es un juguetito cedido a los caprichos de niño rico, ocultar sus frustraciones e incapacidades en el alcohol, asumir el papel de gobernante con la dignidad propia de la investidura y responder por los perjuicios causados al país y su población, especialmente a los pobres.
Noboa y los otros dos magos financieros (Lenin Moreno y Guillermo Lazo) tienen la obligación de explicar qué hizo, o hicieron, con más de 45 mil millones de dólares de deuda externa contratada en los últimos siete años. “Solo dios sabe” quienes se beneficiaron de ese arte de birbiloque, inaugurando obras imaginarias y otorgando servicios fantasmas, en tanto crecen fortunas reales en los paraísos fiscales y la miseria se extiende cual maldita epidemia en el Ecuador.
Reiterando la frase del ministro Goncalves, “Solo dios sabe” lo que han hecho estos inescrupulosos gobernantes, no únicamente con esa gigantesca suma de los préstamos, sino con el aumento del 12 al 15 por ciento del IVA, el alza en el precio de los combustibles y las tarifas de energía.
Es un misterio saber qué, realmente, hay en la mente y el corazón del mandatario, respecto del amor a la patria. “Solo dios sabe” si el terruño le motiva amor y le duele el dolor de la población. Los hechos van en sentido contrario. No ha reparado esfuerzo, tampoco ha ocultado sentimientos para atender, solícito, pedidos y mandatos norteamericanos. Al fin y al cabo, es uno de ellos.
En complicidad con la Corte Constitucional, plagada de antipatrias neoliberales, ha puesto en peligro la soberanía nacional, permitiendo a soldados y agentes norteamericanos actuar a sus anchas en el territorio nacional, tal cual hicieron cuando cometían, impunemente, ilícitos mientras controlaron la Base de Manta y, ahora, se habla de legalizar las operaciones en las islas Galápagos, entregándoles oficialmente San Cristóbal.
El peligro de esa política entreguista pone, en serio riesgo, al país y los ecuatorianos. No es un secreto la disputa geopolítica entre Estados Unidos y Europa, con China y Rusia, dos poderosos adversarios, protagonistas de varios episodios bélicos que crecen en intensidad y, poco a poco, van cruzando líneas rojas que amenazan desembocar en una tercera guerra mundial.
Esas disputas hegemónicas, donde Noboa nos ha involucrado al facilitar el uso de Galápagos como base bélica norteamericana, nos pone en punto de ataque directo si, rusos, chinos y aliados, sienten peligrar su seguridad desde nuestro territorio. “Solo dios sabe” cómo y cuándo empezaría esta disputa entre potencias nucleares y “Solo dios sabe” si, en esa esquizofrénica lucha, sobrevivía la humanidad y, por supuesto, nosotros.
En el plano nacional, líderes neoliberales, voceros y fanáticos seguidores, están seriamente preocupados por la desastrosa administración del Estado. Sienten haber perdido el respaldo popular que pondrá fin a sus oscuros negocios y, por esa razón, los torna extremadamente peligrosos. ¿Seremos testigos de nuevos magnicidios, actos terroristas, campañas mediáticas negras, falsos positivos, fraude electoral y toda esa suerte de “banderas falsas”, propias de los extremistas de derecha?
“Solo dios sabe”.
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