SIETE AÑOS DE MENTIRAS
- Rodrigo Mancheno
- 11 oct 2024
- 3 Min. de lectura

Los últimos siete años de gobierno ecuatoriano bajo la batuta de Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa han dejado hondas heridas en la vida política y social del país, y la mayor lección para la gente ingenua que a menudo piensa que “con cualquier gobierno igual debo trabajar para sobrevivir” .
En parte es verdad. En efecto hay que trabajar para producir, al menos si las condiciones del país lo permiten, caso contrario nos corresponde afrontar pobreza, angustia colectiva, malestar, delincuencia y hasta lamentos tardíos.
Y es que estos tres gobiernos de claro estilo neoliberal y estrechamente vinculado con sectores de poder económico, nos demostraron hasta la saciedad que cumplen lo que prometen: trabajan y crean riqueza, pero para su beneficio, para los grupos de poder y para sus serviles acólitos. Cómo se explica de otra manera la vida de abundancia y aparente paz del señor Moreno a quien el dedo de la justicia le señala por apropiación ilícita en el caso INAPAPERS. El señor Lasso quien tras dejar al país en quiebra, empobrecido y decepcionado, se alejó del solio presidencial con más de 200 millones de beneficios bancarios para su bolsillo.
Dos mentirosos del pasado inmediato al que se suma el niño rico Daniel Noboa, completando el trío de grandes responsables de la crisis energética que mantiene al país en prolongado oscurantismo, profunda crisis económica y muy grave, ¡gravísima crisis social!.
A estos tres personajes nada les importó el futuro del país; olvidaron o no les importó asegurar la energía eléctrica para satisfacer la creciente demanda nacional, y las consecuencias las estamos viviendo con apagones de hasta diez horas diarias. De país exportador de energía hasta el año 2017 en el Gobierno de la Revolución Ciudadana pasamos a ser una región de inestabilidad y atraso.
Siete años de “vacas flacas” nos deja la mejor y más amarga lección de todos los tiempos: la oligarquía, el poder económico, las élites que a toda costa luchan por el poder político, solo saben gobernar para sus intereses, no para servir al pueblo.
Los campeones de la mentira no tienen escrúpulos para quebrar la voluntad popular con cantos de sirena.
Dejemos de lado aquello que prometió el señor Lasso: resolver los problemas del país en sus primeros cien días, o virar a la virgen del Panecillo para que mire hacia el sur de Quito.
Recordemos algo reciente: Las promesas y propuestas del ex candidato Daniel Noboa.
En un debate presidencial el candidato Noboa prometía resolver los apagones de manera rápida, pero resulta que la crisis energética va de mal en peor.
En otros escenarios, prometió bajar los precios de los combustibles; subir la producción petrolera en corto plazo; no subir el impuesto al IVA; incrementar la pensión jubilar al sueldo básico de 460 dólares; aumentar las penas para los evasores; incentivos a las universidades para la creación de centros de investigación y desarrollo; fortalecer la legislación para la negociación colectiva de los trabajadores; políticas que fomenten empleos de calidad; programa para la inversión en infraestructura con fondos públicos y privados; plan fénix de seguridad y hasta una cárcel en alta mar.
Cuánto de esto ha cumplido? Por el contrario, todo lo hizo al revés.
Pero gracias a estas mentiras se levantó con los votos de la gente ingenua para alcanzar el mando presidencial.
Lección aprendida: todo gobierno nacido de las entrañas de la oligarquía es un gobierno antipopular.
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