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PAÍS EN RIESGO Y TRES MANDATARIOS “FIGURETTI”

  • Foto del escritor: Wagner Abril
    Wagner Abril
  • 16 ago 2024
  • 3 Min. de lectura

El histórico vía crucis de la vida política ecuatoriana, bordea una línea roja de ¡peligro!


A partir de 2017, después de tres mandatarios que caracterizaron su gestión con incumplimientos de ofertas, políticas y medidas de resultados negativos, numerosos viajes improductivos, el país ha llegado al 2024 en condiciones de “estado fallido”. Según organismos internacionales y el propio Banco Central, la macroeconomía en este año y el 2025, presentará cifras escandalosas de crecimiento (por ínfimas): 0.1% y 0.8%, respectivamente.


Los fríos números sobre desempleo abierto y pobreza, combinados con los de violencia y delincuencia reflejan escenarios dramáticos de una población que se obliga a emigrar del país: en el primer semestre del presente año, cien mil ecuatorianos habrían abandonado el terruño. Estos son parte de negros resultados del actual presidente que busca la reelección en los comicios de febrero 2025, con ayuda del marketing político. La aspiración del cuestionado mandatario Daniel Noboa está “cuesta arriba”, pues, varios sondeos muestran su imagen deteriorada: 49.8%. El incumplimiento de sus ofertas electorales con incremento de precios de la gasolina y aumento del IVA, trato abiertamente agresivo a su Vicepresidenta Verónica Abad, confinada en diciembre pasado a Israel como Embajadora de la Paz y movilización última a Turquía, invasión de la Embajada de México, y otras desmesuras gubernamentales, muestran a Noboa Azin como una persona que carece totalmente de las competencias para ejercer con éxito su alto cargo.


El actual “pesimismo estructural” de la población se suma a los conocidos problemas de gobernabilidad del Ecuador, que Daniel Noboa y los anteriores mandatarios Lenin Moreno y Guillermo Lasso, no supieron ni pudieron enfrentar. Creciente corrupción, regionalismo,  fragmentación política y ausencia de una visión de futuro que enmarque con claridad, frente a la compleja globalización, los caminos que deben encauzar las políticas públicas y accionar ciudadano, abren signos de interrogación en el presente y porvenir del maravilloso país de la mitad del mundo: Ecuador.


La peligrosa situación nacional se difumina en pantallas de la televisión mercantil, radiodifusión y también en redes sociales, con audiencias que ponen su atención en farándula y temas intrascendentes. Desde finales del pasado siglo, Ecuador refleja con claridad la crisis del sistema de mercado con quiebra de bancos, congelamiento de depósitos, “dolarización” forzada de la economía y corrupción. Todo esto representaba también la crisis del periodismo, mostrándose con claridad que es la “profesión del silencio”. Así, las disputas por preferencias del público llevaron a empresas de medios de comunicación al aumento de niveles de sensacionalismo, amarillismo y temas vacíos de contenido. El trabajo de sensacionalismo mediático profundizaba el sistema económico consumista y excluyente, fortaleciendo un capitalismo depredador de los recursos naturales y biodiversidad, ámbitos en los que precisamente Ecuador tiene amplias ventajas competitivas.


Todo este panorama, profundizado por los tres últimos gobiernos de Moreno, Lasso y Noboa,  delinea un país/nación con vulnerabilidades extremas, incapaz de sortear los choques que se generan en las tormentas de la globalización. Joe Biden, el mandatario USA,el 23 de marzo del pasado año, durante una reunión de la Red de Negocios con altos ejecutivos de poderosas corporaciones globales, concluyó señalando “Ahora es un momento en que las cosas están cambiando. Vamos a…. va a haber un Nuevo Orden Mundial y tenemos que liderarlo… y tenemos que unir al resto del mundo libre para hacerlo”. Las redes sociales reaccionaron inmediatamente y los grandes medios y líderes políticos reaccionaron indicando que “… fue una frase presuntamente accidental…”.


En Ecuador, Guillermo Lasso que por entonces se reunió con este Presidente en la Casa Blanca no dijo una sola palabra, ni la Academia, partido político o medio de comunicación. Todo fue silencio.


Y el Maravilloso Ecuador continúa sufriendo la terrible injusticia climática.

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