top of page

MENTIRITAS DE BULTO

  • Foto del escritor: Rodrigo Mancheno
    Rodrigo Mancheno
  • 26 jul 2024
  • 4 Min. de lectura

Muy pocos ciudadanos o casi nadie habrán tenido la precaución de leer el “Plan de Trabajo” del binomio Daniel Noboa Azín y su vicepresidenta Verónica Abad antes de consignar su voto y decidir el destino de nuestro país. Un documento de 76 páginas.


Cierto que a estas alturas de este atormentado país, poco importa este documento porque las cosas están dada, pero por sobre los hechos consumados, es importante destapar la deshonestidad con la que la estructura política del mandatario Noboa actuó con el pueblo al que juró defender.


Pero, qué es un plan de trabajo de una candidatura presidencial? No es otra cosa que un modelo que se elabora para administrar el país y enrumbarlo hacia metas u objetivos concretos. Es una ruta de trabajo seria, responsable, puesta a consideración del pueblo.


Seguro que bajo el condicionamiento legal ante el Consejo Nacional Electoral, la candidatura del binomio Noboa – Abad presentó este “Plan de Trabajo” anteponiendo el lema de que “el papel aguanta”.  Entre los contenidos hay una carga de ligerezas y simplezas como aquella de que “hay que rescatar de la inestabilidad y falta de capacidad por parte del ejecutivo, a todas las áreas sociales”.


El binomio presidencial se compromete a implementar políticas y programas que promuevan la igualdad de oportunidades, mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, reconstruir una sociedad armónica en la cual todas las personas tengan la oportunidad de desarrollar su máxima potencialidad, vivir en condiciones dignas y participar en la edificación de un futuro próspero y sostenible.


Surge entonces la necesidad de conocer con certeza. Cuáles acciones, qué políticas, cómo se propuso concretarlas, qué se pretendió alcanzar, en qué tiempo y con qué recursos, etc.  Vano esfuerzo estimado lector porque lo que encontramos en este supuesto plan es un cúmulo de recomendaciones al estilo de una asesoría y en la que prevalece un análisis simplista de la situación ecuatoriana, como antesala para abundar en más recomendaciones.


Qué dice en materia económica este documento?  La reducción del desempleo es un objetivo esencial para el gobierno para lo cual se requiere políticas multifacéticas que tengan como finalidad mejorar la salud económica del país, y generar oportunidades de empleo para su población.  Cuáles políticas multifacéticas?


En la página 19 de este plan se establece que con una combinación de políticas inclusivas, reformas institucionales, participación comunitaria y educación para la paz, es posible crear un país más seguro y pacífico.


Más adelante, en materia de salud, este supuesto plan considera que hay que modernizar las clínicas y centros de salud “asegurándonos de que estén bien equipadas y capaces de brindar servicios de alta calidad”.


Pero hay más exhortos antes que propuestas concretas, más sueños e ilusiones. En este mismo estilo, el documento del entonces candidato y ahora mandatario, con el apoyo del 52 % de ciudadanos, expresa que “mejorar la educación y formación profesional PUEDE SER UNA ESTRATEGIA EFECTIVA PARA REDUCIR EMPLEO.


Con la misma certeza expresa el documento, que el hecho de “implantar políticas para aumentar la productividad y la competencia en el mercado, pueden ayudar a mantener bajos los precios”, lo mismo que un nivel adecuado del gasto público para evitar presiones inflacionarias.


No queda dudas que después de leer estas larguísimas generalidades del supuesto plan de gobierno, mucho más concretas fueron las promesas verbales lanzadas al calor de la campaña del señor Noboa, como aquello de que no subirá impuestos, no elevará los precios de los derivados del petróleo, defenderá los intereses de los pobres, tendremos un gobernante que mira hacia adelante, mejorará las condiciones económicas de los jubilados, habrá mayor acceso a la educación superior o combatirá a la delincuencia para darnos mayor seguridad.


AL CABO DE OCHO MESES…


Ecuador con un panorama desolador e incierto es el resultado del desgobierno del acaudalado presidente Daniel Noboa, cuya gestión en apenas ocho meses, contradice vergonzosamente todo cuanto expuso como plan de gobierno, y fue ofreciendo en tarimas, plazas y esquinas a lo largo de su campaña desesperada por mantener el poder político en manos de la insaciable oligarquía.


Antes que estimular el trabajo productivo nacional, hoy el pueblo ecuatoriano soporta una altísima tasa de desempleo que a decir de muchos economistas, bordea el orden del 65%.


Se deterioraron las relaciones con muchos países de la región afectando al comercio, la asistencia técnica, la educación y la solidaridad internacional.


Crece de manera irresponsable la deuda pública por pagar muy cercana a los 83 mil millones de dólares, mientras que la obra pública del gobierno adolece de parálisis extrema.


Crece también la migración de los compatriotas, abandonando sus hogares en busca de mejor destino fuera de los linderos patrios.


La inseguridad ciudadana en todo el país ha vuelto a ser causa de pánico generalizado: asaltos, extorsiones, robos, asesinatos o amenazas son el pan de cada día.


La desatención médica pública otrora alabada por propios y extraños, es un insulto a la dignidad humana ecuatoriana.


De los 10.000 kilómetros de vías de primer orden construidas en el gobierno de la Revolución Ciudadana, ya pocos tramos permanecen en condiciones óptimas mientras que otros se deterioran por falta de mantenimiento oportuno.


La justicia politizada al servicio del poder no es más que una muestra más del deterioro de la moral pública.


Los apagones eléctricos en todo el país por falta de nuevas fuentes de generación o mantenimiento oportuno de las centrales existentes, ahora son el complemento de esta tragedia nacional. La solución acostumbrada: contratación de barcazas eléctricas mediante oscuros y dudosos procedimientos, y que al final solo significan costos elevados para el consumidor.


La educación superior pública fue otra víctima del engaño político. Los aplausos no se hicieron esperar cuando el candidato presidencial prometía acceso a todos los estudiantes aspirantes a las universidades públicas del país. Con esta promesa se inscribieron alrededor de 390.000 estudiantes y accedieron menos de la mitad.


Los jubilados y personas de la tercera edad no escaparon al burdo engaño. Lejos de mejorar su condición salarial las empeoró a extremos graves. Ahora resulta que no habiendo medicinas en los centros de salud públicos, deben adquirirlos egresando recursos de sus escuálidas economías, y eso significa disminución de ingresos. El alza de los precios de los combustibles y los impuestos al IVA significan también afectaciones a sus congelados ingresos.


Cuánta falta hace a los ecuatorianos educación política.


Saber discernir y analizar con objetividad a la hora de elegir a nuestras autoridades, es un buen camino quizá para no tropezar y equivocarnos menos.

Comments


bottom of page