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LA DERECHA HA FRACASADO ¿DÓNDE ESTÁ LA IZQUIERDA?

  • Foto del escritor: Luis Onofa
    Luis Onofa
  • 12 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

El manejo de la crisis energética que vive Ecuador por el gobierno de Daniel Noboa ha sido tan desastrozo que le ha llevado al país a un estado de incertidumbre tal  que nos es aplicable el dicho popular: “Amanecerá y veremos”.


El joven mandatario y su equipo, también joven, no tuvieron un plan para enfrentar la crisis pese a que se conocía que ella se venía mucho antes siquiera de ganar las elecciones. Una vez en el poder, su prioridad fue gobernar de tal modo que pudiera ser reelecto en 2025, ojalá en primera vuelta, en febrero. Y si ello no fuera posible, en la segunda, en abril siguiente.


Para cumplir ese propósito había que evitar incomodidades o incomodar lo menos posible al electorado con racionamientos de electricidad. Lo han hecho a costa de poner en riesgo el sistema hidroeléctrico del país. No han permitido que este acumule un nivel suficiente de reservas para que funcione con el menor riesgo posible en el mediano plazo. Apenas ha llovido un poco han relajado los cortes de energía. No le han dado  la oportunidad de un respiro, y éste se encuentra al borde del colapso.


Se sabe, por boca de técnicos experimentados en la crisis de 2009, que lo que cabía era un programa de cortes de energía fuerte y de mediano plazo, a sabiendas de que el período de más aguda sequía en el sur del país ocurre entre noviembre y diciembre de cada año, mas no los inciertos y caóticos apagones diarios de ahora.  Probablemente, el país lo habría aceptado. Esa estrategía debía ir acompañada por un oportuno mantenimiento de las plantas termoeléctricas y la adquisición de otras nuevas. Nada de eso se hizo y cuando se agudizó el problema, el gobierno optó por mentirle al país al prometerle que un rápido fin de los apagones y una pronta adquisición de generadores termoeléctricos.


Pero la crisis que vive el país no es solo eléctrica. Es más generaliza y profunda. Los apagones son por ahora su mayor síntoma, que se suma a la inseguridaad. Pero no son los únicos. En 2024, la economía decrecerá en lugar de crecer. En consecuencia, caerán los ingresos fiscales se agudizará el desempleo. Crecen las deudas y la morosidad. Crecen la mendicidad y las ventas ambulantes en las calles. Crecen los asaltos a los transeúntes y los robos a domicilios y comercios. La educación pública baja su calidad por causa de los cortes de enegía y la inseguridad.


Solo algunos sectores como los acreedores extranjeros (que recibe de manera puntual los abonos de sus acreencias), la banca y contados exportadores navegan viento en popa.


La causa de tan desastroza situación ha sido el afán de los tres gobiernos de derecha que se han sucedido en estos años (Lenin Moreno, Guillermo Lasso, Daniel Noboa) de privatizar todos los sectores que venían siendo operados por el Estado. No hay inversión pública. No lo hubo en el sector eléctrico. Tampoco en el petrolero y por esa causa ha caído la producción petrolera y los ingresos fiscales se han reducido.


La calidad de la atención en salud pública se deteriora: se cancelan médicos y personal de apoyo técnico; no hay medicamentos, los equipos quedan fuera de servicio por falta de mantenimiento; se congestionan hospitales y clinicas públicas porque aumenta la demanda de pacientes en aprietos económicos. El sector de salud pública entra en mora en el pago a las clínicas y hospitales privados.


Casi ocho años de gobierno de la derecha en Ecuador han llevado al país al borde del colapso económico y social. La derecha ha fracasado. ¿Dónde está la izquierda?

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