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"ES LA ECONOMÍA… ¡ESTÚPIDO!"

  • Foto del escritor: Wagner Abril
    Wagner Abril
  • 27 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

Es frase que expresa una realidad que el Presidente Daniel Noboa desconoce totalmente. Él no ha vivido la realidad ecuatoriana, ignora los dramas que cada día enfrentan millares de familias y trabajadores, de ciudad y del campo, para poner alimento en la mesa. Su espíritu y mente están distorsionadas por las doradas experiencias acumuladas en su cómoda y regalada vida de hijo de un potentado económico y por sus largas estancias en los Estados Unidos.


Además, los marcados sesgos cognitivos que ha demostrado en su año de gestión presidencial, cumplida el 24 de noviembre, lo describen como un hombre necesitado de “validación social”, que está obligado a tomar “decisiones políticas valientes”: elevar el impuesto al Valor Agregado, aumentar los precios de las gasolinas, ordenar la invasión de la Embajada de México y, particularmente, demostrar su incapacidad para escoger a su binomio, Verónica Abad, como Vicepresidenta de la República, víctima de injusticias y arbitrariedades.


“ES LA ECONOMÍA… ¡ESTÚPIDO!”. Con esta contundente frase triunfó Bill Clinton en su carrera electoral a la presidencia de Estados Unidos, en 1992. y es la golpeada economía popular, marcada por pobreza, desempleo y miedo, la que caracteriza el primer año de gobierno del “presidente de cartón” Daniel Noboa.


El lema fue creado por el consultor político del partido demócrata James Carville, para advertir al votante estadounidense que los problemas del país y de la población, inflación y desempleo entre los más importantes, se concentraban en la marcha de la economía. Al final, el candidato de los demócratas triunfó con alta votación.


La profundización de la crisis económica mundial que surgió en EE.EE. a fines del 2007 puso en riesgo al capitalismo que, desde entonces, ha mostrado mayores fallos y debilidades. Los abusos torpes del sistema bancario-financiero norteamericano con los famosos préstamos sub-prime, obligaron a partir de 2008, en Gobiernos de Bush y Obama a “imprimir” un total de 800 mil millones de dólares para “prestar” a la debilitada banca. Esta cantidad enorme de dinero, como siempre, debía ser pagada por los contribuyentes gringos. Los apuros económicos de los gobiernos norteamericanos fueron para cortar el total fracaso del capitalismo, que fomentaba el consumismo, destrucción de recursos naturales y biodiversidad, que sostienen la vida de la humanidad.


Todas las maldades económicas que vivió Estados Unidos desde el 2007, por la falsedad de registros contables de grandes bancos y firmas de Calificación de Riesgo, habían sido llevadas por poderosas compañías consultoras de USA a gobiernos y organizaciones de países europeos. Así, España, Italia, Grecia y otros países de la Unión Europeo se contagiaron de esta epidemia económica y se vieron forzadas a pedir grandes cantidades de dinero para evitar la quiebra económica, con terribles ajustes en economías populares. Fueron épocas de masivos desahucios de casas, reducción de pensiones jubilares (que provocaron numerosos suicidios de adultos mayores), caída del consumo doméstico y altas tasas de inflación.


De esta forma, el slogan político de Carville: “Es la economía, estúpido” continuaba materializándose en otros países y con impactos más graves. En la actualidad, los riesgos son mayores para todos los países del planeta, especialmente para pobres y atrasados, que deben enfrentar los fenómenos climáticos “extremos” que han sido anunciados paulatinamente por organismos, academia y expertos, desde muchos años atrás.


El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, integrado por más de 11 mil científicos de países miembros de la ONU en sus Informes previos a las reuniones mundiales de las llamadas COP, entre otros organismos acreditados, han advertido varios años atrás sobre deslaves, inundaciones, sequías, incendios que se irán agravando cada año. Pero políticos como Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa no han tomado en cuenta estas amenazas. Tampoco la Academia ha sido capaz de advertir con estudios serios, sobre todos estos problemas que amenazan el horizonte del Ecuador y de América Latina.


Con excepción del Gobierno de Revolución Ciudadana, que tuvo la valentía de incluir los “Derechos de la Naturaleza” en la constitución, presidido por Rafael Correa Delgado y conformado por varios especialistas en economía y ecología (2007-2017), ningún gobierno ha planificado sus políticas con medidas orientadas a cuidar la naturaleza y biodiversidad en sus esquemas de desarrollo económico.

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